El dicho “una imagen vale más que mil palabras” resalta la importancia del arte en el mundo empresarial. Hi Colour Graphics ayuda a las empresas a atraer a su público objetivo con imágenes cautivadoras. Ofrecen una variedad de servicios, incluyendo diseño de logotipos y marcas, corte y grabado láser, rotulación de vehículos y vinilos.
¿Qué inspiró este negocio tan vibrante? Andres Rodrigues, el fundador, describe: “Nos inspiró el trabajo de Ivel Paez que es licenciada en diseño gráfico y su trabajo desde Venezuela, fundamos esta empresa en 2021 y empezamos con el formato de impresión y diseños personalizados lo que se transformó con el tiempo en los servicios que ofrecemos, ya que más que productos son Artes y piezas que inspiran y atraen miradas.”
Aunque es un negocio brillante y lleno de vida, hubo momentos en los que todo parecía oscuro. Cuando se le preguntó cuál ha sido el mayor desafío que ha enfrentado como emprendedor y cómo lo superó, Andrés responde: “Pienso que al igual que muchos emprendedores dar ese paso al vacío de una estabilidad económica, fue y ha sido el mayor reto para emprender, transformar y convertirte en empresario. La única fórmula que puedo decirte que funciona es la persistencia.”
Así como un agujero negro se encuentra en el centro de una galaxia, dar un salto de fe hacia lo que parece oscuridad e incertidumbre puede resultar en algo gratificante. Puede ser el factor que impulsa el crecimiento y te ayuda a evolucionar.
Andres enfatiza que la parte más gratificante de trabajar en el diseño gráfico y la industria de la impresión es ver la emoción de los clientes cuando su visión se convierte en realidad y los resultados superan sus expectativas. Mostrar apoyo y gratitud a su comunidad, colaborando con fundaciones sin fines de lucro como Round Rock Service Center y Mama Sana Vibrant Women, es fundamental para ellos.
¿Qué consejo darías? “Los fundamentos son primordiales, es decir tomar capacitación, tratar de no hacerlo solo todo, como la contabilidad y el cómo manejar tu negocio o tu plan de negocio considero que son los factores más importantes.”
Con la experiencia, Andrés aprendió que no se debe manejar todo solo; EGBI ha sido una herramienta en sus manos. “EGBI ha sido un gran aliado para nuestra empresa su apoyo y soporte con talleres charlas y coaching, han sido fundamentales para nuestro Negocio, afortunadamente llegamos a EGBI por medio de Economic Development Department.”
Si te gustaría recibir ayuda de EGBI para tu negocio, escribe a hello@egbi.org.
Efren Loyola Jr. es el propietario de Native Scenery Landscapes, una empresa de jardinería en la que supervisa todo, desde el servicio al cliente hasta el mantenimiento de equipos y vehículos. Al asumir el negocio de manos de su padre, Efren Loyola Sr., se dio cuenta de que la empresa no estaba creciendo al mismo ritmo que otras, y desde 2018 ha estado trabajando a tiempo completo en Native Scenery Landscapes LLC.
Su padre no tenía la intención de ser dueño de un negocio de jardinería, pero comenzó por necesidad para poder mantener a su familia. Encontró trabajo estable en una empresa del rubro, y según su hijo, eso fue justo lo que necesitaba en ese momento: “un cheque constante y horarios confiables, perfectos para un joven con esposa y niños en camino”. Años más tarde, el Sr. Loyola dio un salto de fe y comenzó a trabajar por su cuenta cuando una de sus antiguas clientas le ofreció la oportunidad de mantener su propiedad. Poco a poco fue construyendo una clientela leal gracias al boca a boca. Su objetivo era que sus hijos tuvieran más oportunidades que él, y así Jr. se convirtió en el primer graduado universitario de su familia, egresado de Texas A&M en Corpus Christi.
Después de trabajar en el Hospital Breckenridge en Austin durante 2 años, Loyola Jr. se convirtió en enfermero de viaje, lo que lo llevó a realizar asignaciones en Colorado Springs, Tucson y finalmente San Antonio, donde terminó su último contrato.
Después de viajar, se sintió perdido profesionalmente y no estaba seguro de querer seguir en la enfermería, así que regresó a casa para reagruparse y empezó a ayudar a su padre en el campo, como lo hacía en su infancia.
“Él solía llevarnos a mi hermano y a mí a los lugares de trabajo, así que estar al aire libre y trabajar con las manos siempre me fue familiar,” dijo. “Pero ahora, como adulto, empecé a ver las cosas de manera diferente.”
Se dio cuenta de que otras empresas tenían equipos más nuevos, camiones rotulados, y se preguntaba cómo era que prosperaban mientras su padre aún usaba herramientas de hace 20 años. Quiso entender cómo esas empresas estaban creciendo tan rápidamente mientras la suya no.
“Me quedó claro que, a menos que modernizáramos y adoptáramos nuevas tecnologías, mejor imagen de marca y prácticas de negocio más estratégicas, el negocio de mi padre eventualmente quedaría atrás,” comentó Loyola Jr. “No planeaba hacerme cargo del negocio, pero no podía ignorar lo que veía y sentía. Sentí la responsabilidad de construir sobre lo que mi papá comenzó, no solo para honrar su esfuerzo, sino para darle la estructura y el potencial que siempre tuvo.”
En 2018, tomó la decisión de establecer Native Scenery Landscapes, LLC, con una base inicial de clientes compuesta enteramente por los clientes antiguos de su padre, la cual ha crecido con los años. Loyola Jr. jamás imaginó que se dedicaría al mundo empresarial.
“Cuando éramos niños, mis padres siempre nos animaban a enfocarnos en los estudios para conseguir buenos trabajos y evitar el trabajo físico duro que ellos tuvieron que soportar,” contó. “Me siento orgulloso de haber seguido ese camino, de haberme ido bien en la escuela y de haber construido una gran carrera como enfermero titulado. Ahora, he tomado todo lo que aprendí y he cambiado mi enfoque a construir un negocio exitoso.”
Uno de los mayores desafíos que ha enfrentado ha sido asumir demasiada responsabilidad sin delegar tareas. “Durante años fui agregando más cosas a mi lista sin tomar el tiempo para delegar, capacitar o empoderar correctamente a mi equipo. Esto llevó a una cultura de micromanagement donde nada avanzaba si yo no daba luz verde,” explicó. “Hace aproximadamente dos años, me di cuenta de lo insostenible que era eso, no solo para el negocio, sino también para mí a nivel personal.”
También menciona que toda su vida giraba en torno al negocio, y que a pesar de los años de sacrificio, no le estaba dando los frutos financieros que había imaginado. Desde entonces, Loyola Jr. se ha enfocado en soltar el control y traspasar responsabilidades a su equipo, para formar un grupo que se sienta capaz y empoderado.
“He llegado a comprender que mi miedo a soltar el control estaba frenando al negocio y erosionando la vida que quería construir,” dijo. “Ese cambio de mentalidad ha sido clave tanto para mi crecimiento personal como para el de la empresa.”
Desde que empezó a asistir a eventos de EGBI, Loyola Jr. se encuentra en un punto en el que puede apartarse de algunas tareas para tomar clases de oratoria y estrategia empresarial. Ha trabajado en eliminar creencias limitantes. Actualmente forma parte del programa de *60 Días para el Éxito Empresarial* con Nina Choi de EGBI, y destaca que ha sido el impulso que necesitaba para llevar su negocio al siguiente nivel.
Miguel Vélez descubrió el Jiu-Jitsu brasileño por accidente en el otoño del año 2000, cuando tenía 19 años y estaba en la universidad. Necesitaba tomar una materia optativa ese semestre, y aunque realmente quería inscribirse en Hapkido, la única opción que se ajustaba a su horario era Jiu-Jitsu brasileño. A regañadientes se inscribió en la clase. El primer día, su instructor mostró fragmentos de “Gracie in Action 2” en un viejo DVD. Al ver el video, dijo: “Mostraba la efectividad del Jiu-Jitsu frente a otras artes marciales y cómo se enfoca en la parte más importante pero a menudo ignorada del combate… que el 90% de las peleas terminan en el suelo. Cada enfrentamiento mostraba lo mismo: el practicante de BJJ acortaba la distancia, hacía un clinch, derribaba al oponente y lo hacía rendirse.”
Antes de comenzar en el Jiu-Jitsu, su idea sobre este arte marcial era equivocada, pero se enganchó de inmediato. Después de pasar el curso, se inscribió en la academia y desde entonces lo ha convertido en parte de su vida. Miguel sabía que quería convertir esta pasión en un negocio. Su esposa acababa de aprobar el examen de abogacía del estado de Texas, y poco después quedaron embarazados. Tras el nacimiento de su hija, decidieron que lo mejor sería que Miguel se quedara en casa. Al mismo tiempo, su instructor necesitaba algunos entrenadores de medio tiempo para hacer crecer el programa, así que comenzó a ser papá de día y entrenador de BJJ por las noches, lo que él describe como una rutina muy divertida.
A medida que aumentaba su confianza, se decía a sí mismo: “Cuando sea el momento adecuado… probablemente podría hacer esto, pero no tengo idea por dónde empezar.” Tanto él como su esposa sabían que Scarlett crecería y un día ya no lo necesitaría en casa, así que comenzaron a discutir planes futuros para que él volviera al trabajo. En septiembre de 2023, Miguel inició el proceso de buscar respuestas para hacer su sueño realidad. El Jiu-Jitsu siempre había sido parte de su vida. Bromeaba con su esposa, Aimee, diciendo: “Por fin voy a usar mi título de negocios de Texas Tech.” Ella le recordaba que en realidad lo había estado usando todo este tiempo.
Al comenzar su negocio, enfrentó algunos desafíos que solían entrelazarse. Uno de ellos fue conseguir estudiantes. Necesitaba encontrar un equilibrio saludable entre el entrenamiento, el trabajo y la vida familiar. Siguió esforzándose por entrenar con otros cinturones negros, los cuales, según dice, te hacen cuestionar por qué alguien querría someterse a esto.
El segundo desafío fue ser entrenador. Como instructor y líder, su meta era transmitir su conocimiento de manera que tuviera sentido para todos los niveles de experiencia, manteniendo a los estudiantes comprometidos.
El último reto fue ser dueño de un negocio. Con base en sus experiencias como estudiante y entrenador, se preguntaba: “¿Realmente soy capaz de convertir esta pasión de 25 años en una operación exitosa? ¿Tengo las herramientas para entender la administración? ¿La contabilidad? ¿Los impuestos? ¿El marketing? ¿La resolución de conflictos?”
La inseguridad y el síndrome del impostor aparecían de vez en cuando. Él dice: “Solían aparecer de vez en cuando, pero ya no. Sé que puedo hacerlo.”
Cuando decidió que era momento de seguir este camino, su asesor financiero le dio una lista de metas que debía alcanzar. Le tomó algunos años completarlas. Luego, programó una cita con su banco local, Bank of America, y un oficial de pequeñas empresas lo conectó con increíbles recursos del Departamento de Desarrollo Económico de la Ciudad de Austin. Asistió a la orientación BizAid y conoció organizaciones como PeopleFund y Economic Growth Business Incubator (EGBI).
“EGBI me ayudó a adquirir el conocimiento y la confianza que necesitaba para convertir esta pasión en una realidad. He tomado 4 cursos con ellos en el último año: Administra tu negocio, Serie de contabilidad, Taller de marketing y Certificación para minorías, y no puedo enfatizar lo suficiente lo mucho que su orientación llenó los vacíos que me faltaban. Su enfoque amigable y acogedor ha sido clave en mi preparación. Planeo tomar el curso 60 días al éxito y conectarme con otros empresarios en futuros eventos Lunch and Learn.”
Lo que Miguel quiere enseñar a las personas a través del Jiu-Jitsu es a creer en sí mismas y fortalecerse. Quiere mostrar los múltiples beneficios que vienen con el entrenamiento constante de BJJ: disciplina, defensa personal, flexibilidad, fortalecimiento del core, confianza en uno mismo y pérdida de peso. También hay un aspecto social importante en su academia: quieren construir una comunidad, un lugar donde las familias se reúnan con un objetivo común. Comenzarán con Jiu-Jitsu con Gi para niños, adolescentes y adultos. Señala que gran parte del entrenamiento incluye derribos tanto de Judo como de Lucha Olímpica. Una vez que tengan una base sólida de estudiantes, planean implementar programas de Jiu-Jitsu sin Gi, Muay Thai y Yoga.
Miguel considera que el equilibrio es esencial para manejar tu negocio y tu vida diaria. Así que cuando no está en el gimnasio entrenando o preparándose para torneos, disfruta al 100% pasar tiempo con su familia y crear recuerdos. Aimee, su esposa, y Scarlett, su hija, disfrutan ir al parque acuático, ver películas, cocinar, jugar videojuegos, hacer viajes, pasar noches tranquilas en el sillón y criar a su nueva perrita, Cookie. Recientemente, Scarlett descubrió Lego Star Wars: The Skywalker Saga en el PS5. Es una actividad que disfrutan juntos, y ahora ella es fanática de todo lo relacionado con Star Wars. Él realmente disfruta compartir tiempo con su familia y dice: “Ha sido muy bonito presentarle el universo de Star Wars a mi hija de 8 años, como mi papá lo hizo conmigo.”
Finalmente, algo que Miguel le diría a quienes no saben mucho sobre Jiu-Jitsu es: “El Jiu-Jitsu no se trata de hacerle daño a la gente. Se trata de aprender cómo no salir lastimado, mantener la calma, pensar con claridad y usar la técnica sobre la fuerza. Cuando se entrena correctamente, es una de las artes marciales más seguras, gracias al sistema de rendición (tap) y el respeto mutuo constante.”
Si deseas ponerte en contacto con Miguel para conocer más sobre su empresa, puedes llamarlo al 512-850-7784 o visitar su sitio web: https://clanvelez.com/
Si deseas ayuda para iniciar o hacer crecer tu negocio, no dudes en escribirnos a: hello@egbi.org
Carlos Nazario es un asesor fiscal y coach empresarial. Tiene una trayectoria impresionante como CPA (Contador Público Certificado) y JD (Doctor en Derecho). Actualmente, es el CEO de Tax Man Consulting, un servicio de preparación de impuestos enfocado en emprendedores decididos. Carlos se encarga de gran parte de la gestión del servicio: recluta y capacita a clientes, firma contratos con ellos, y supervisa su trabajo con una postura flexible. También colabora con el Economic Growth Business Incubator (EGBI) y apoya a muchos de los pequeños negocios vinculados a esta organización.
En sus primeros años, Carlos pasaba tiempo en la oficina de su padre, donde desarrolló un interés por los impuestos. Allí conoció al amigo y asesor de su padre, un CPA y abogado que luego se convertiría en su mentor. Este abogado vio su potencial y le aconsejó obtener primero una licenciatura en contabilidad y luego estudiar derecho. Siguiendo ese consejo, Carlos obtuvo su licenciatura en contabilidad y su JD en la Universidad de Puerto Rico, formando una sólida base educativa para su enfoque multidisciplinario. Después de nueve años de estudio, estaba listo para entrar al mundo profesional.
Carlos adquirió experiencia tanto en firmas contables de las “Big 8” como en despachos más pequeños, lo que le dio una visión amplia de la industria y una apreciación por los desafíos únicos que enfrentan las pequeñas empresas. Descubrió que le gustaban especialmente los negocios familiares que muchas veces son pasados por alto. La oportunidad de ver crecer a estos negocios es lo que lo mantiene motivado en su trabajo. Esto lo llevó a fundar Taxman Consulting, donde puede aplicar sus conocimientos contables y legales directamente al servicio del crecimiento de pequeñas empresas.
Su pasión por el éxito de los pequeños negocios fue lo que llevó a Carlos a involucrarse con EGBI. Para él, retribuir a la comunidad no es solo un buen gesto: es una forma de devolver el conocimiento y mentoría que recibió al inicio de su carrera. “EGBI está lleno de recursos y conocimiento real,” comenta. “Es gratificante ver cómo un negocio pasa de ser solo una idea a convertirse en algo sostenible y rentable.”
Uno de los casos de mentoría más destacados de Carlos fue con un cliente que quería abrir un preescolar. Al principio, les costaba concretar la idea y ejecutar el plan de negocios. No estaban seguros si era el diseño correcto y necesitaban orientación. Carlos intervino para ayudarles a navegar desde los requisitos legales hasta los aspectos logísticos. La idea tenía mucho potencial, ya que en ese momento había una alta demanda de preescolares. Él los animó a comenzar de forma pequeña, convirtiendo parte de su hogar en un espacio de cuidado infantil. En solo tres meses, ya estaban operando. El negocio creció rápidamente y eventualmente compraron una segunda instalación. Carlos ahora los está ayudando a expandirse a ese nuevo espacio. El primer año les trajo grandes ganancias, demostrando que el éxito es posible con la idea correcta, una buena ejecución y guía adecuada.
Cuando se le preguntó qué consejo daría a los emprendedores, Carlos no dudó en subrayar la importancia de estar preparados. “Aprovechen organizaciones como EGBI,” dice. “Conozcan qué recursos existen. Construyan relaciones con un banquero, con un CPA. Sepan a quién llamar y cuándo llamarlo. La planificación y una buena red de contactos lo son todo.”
En resumen, la historia de Carlos Nazario es un recordatorio poderoso de que, con la orientación correcta y el deseo de retribuir, es posible marcar una verdadera diferencia en la vida de los demás. A través de su trabajo, está ayudando a construir pequeños negocios más fuertes y empoderados, al mismo tiempo que apoya a su comunidad.
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Lorena Zúñiga nació y creció en Austin, Texas. Desde muy joven, supo que quería convertirse en emprendedora. En sus primeros años de adultez, ese sueño se hizo realidad cuando abrió y operó su propio salón de belleza. Inspirada por el espíritu emprendedor de su abuelo, Lorena desarrolló una pasión por dirigir su propio negocio.
Sin embargo, no todos compartían su entusiasmo. Sus padres, quienes trabajaban en puestos gubernamentales y estatales, eran escépticos sobre el camino profesional que había elegido. La animaban a buscar lo que ellos consideraban un trabajo más estable o “real”. A pesar de sus preocupaciones, el salón de Lorena estaba teniendo mucho éxito en ese momento. Una noche, mientras salía, se reencontró con una vieja amiga que le contó lo bien que le estaba yendo en su trabajo. Medio en broma, Lorena le pidió ayuda para conseguir una entrevista —y para su sorpresa, funcionó. Esa oportunidad la llevó a un nuevo camino profesional en la industria de títulos de propiedad.
Lorena comenzó a trabajar en AMCap Mortgage, LTD, una agencia de títulos. Para quienes no estén familiarizados, las agencias de títulos son actores clave en el desarrollo de bienes raíces y negocios. Como Representante de Desarrollo Comercial, Lorena jugó un papel fundamental en impulsar el crecimiento, construir relaciones y expandir la base de clientes de la agencia. A lo largo de los años, ganó una valiosa experiencia trabajando con varias empresas del sector.
Fue durante ese tiempo que Lorena descubrió su gusto por las interacciones B2B (de negocio a negocio). A diferencia del trabajo directo con consumidores, el B2B le permitió interactuar con personas que ya entendían la industria, eliminando la necesidad de explicar los conceptos básicos de su labor. Este cambio le trajo una mayor satisfacción y eficiencia.
Al preguntarle cómo conoció el Economic Growth Business Incubator (EGBI), Lorena compartió que fue a través de Mónica, una amiga y colega que ya apoyaba a pequeños negocios incluso antes de unirse a EGBI. Lorena admiraba la dedicación de Mónica y se sintió entusiasmada por apoyarla cuando comenzó a trabajar con la organización.
Lo que más resonó con Lorena fue la misión de EGBI de ayudar a emprendedores a lanzar y hacer crecer sus negocios. Habiendo vivido en carne propia los retos del emprendimiento, entiende la importancia de ese tipo de apoyo. Continúa inspirándose por el trabajo que realiza EGBI y disfruta ver cómo Mónica prospera en su rol, impulsada por una pasión compartida por empoderar a los demás.
Si deseas ayuda para comenzar o hacer crecer tu negocio, no dudes en contactarnos en: hello@egbi.org.